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Fueron sus manos

Fueron sus manos

Llegué con mi amigo a este lugar un bar swinger en Chapinero que nos recomendaron en twiter, fuimos por experimentar, a mi amigo y a mi nos gusta buscar cosas nuevas.

Entramos, pagamos y nos buscaron donde sentarnos, ahí estaba él, sentado junto a nosotros mirando las mujeres bailar. Él se acercó, le hablo a mi amigo y nos preguntó que si ya habíamos estado en un bar Swinger, nos dio su tarjeta de presentación, vi sus manos al dárnosla, luego me invito a bailar, dije sí y bailamos  un rato; tengo que decir que lo dude unos segundos, yo estaba algo predispuesta a que la gente no fuera muy respetuosa y entre la luz tan tenue no veía muy bien su cara, no estaba segura si me gustaba o no. Nos sentamos y seguimos viendo a las niñas bailar.

Luego pasó lo que pienso que pasa en todos estos bares: Mucho sexo entre todos.

Él se fue y nos dijo que lo podíamos contactar por la tarjeta que nos habia dado.

Luego de mucho mirar, mi amigo y yo buscábamos como escondernos de la gente para hacer lo nuestro ya que mi amigo es muy tímido, a mi me gusta que me vean pero mi amigo no quería.

Al siguiente día busqué a ese chico en Facebook con el nombre que estaba en su tarjeta. Me pareció interesante y decidí escribirle a un correo que encontré. Me respondió y me dio su numero de whatsapp, lo agregué y empezamos a hablar, estaba muy intrigada de conocerlo y luego de unos días le dije que saliéramos. Me dijo sí y arreglamos cuando fue miércoles 8 de la noche luego de picó y placa, me recogió en casa, no me gustaba la idea soy algo independiente y feminista pero luego pensé que estupidez, que me recoja ya que.

Llego el día y la hora, llegó a mi casa y fuimos a comer, hablábamos mucho, yo no dejaba de mirarlo y mirar sus manos. Tenía muchas ganas de besarlo  pero la mesa entre los dos es muy incomoda. Y no sabia si él quería hacerlo. Terminamos de comer y salimos por un cigarrillo nos subimos a su carro y dimos vueltas en el  por Bogotá. Seguíamos hablando: Hablamos de muchas cosas, de rumba, de trago, de drogas, de la sensación que le daba tocar las cosas cuando consumía drogas, y fue ahí cuando empezó a tocar mi pierna. Por fin  un semáforo en rojo y nos besamos, me gustó y me dijo que también le había gustado.

Ya era tarde y debía llegar temprano a casa pues al siguiente día tenía que madrugar, hablamos de moteles y me dijo que por que no íbamos a uno. Le dije que no podía.

Fuimos cerca a mi casa un lugar oscuro parqueamos el carro y los vidrios se fueron opacado, se iban poniendo blancos por el calor que había dentro del carro. Él me desabrochó el pantalón empezó a tocar mi clitoris, luego mis tetas, se desabrocho el suyo y empece a hacerle un oral, movía mi lengua mientras se lo chupaba, él seguía tocándome, me baje el pantalón y me veía mi nalgas me decía como le gustaban y que tenía unas bonitas tetas.

Por fin metió sus dedos de una mano en mi vagina y los de la otra en mi boca, podia sentir el rico sabor a mi,  me recosté en la silla y no tuve otro remedio que mojar su carro. A él le gustó mucho como me mojaba mientras yo seguía chupándoselo hasta que se vino en mi boca, no había alcanzado a subir mis pantalones cuando de la nada llegó una moto de  policía, no hicieron una requisa y se veía en sus caras como nos miraban con una sonrisa de picardía, los policías nos iban a llevar a la estación, él les dio dinero y se fueron los malditos.

Alguien nos había visto y yo seguía muy arrecha, como dije: me gusta que me vean.

Llegue a casa y llame a mi novio pues era su cumpleaños y me quede dormida pensando en sus dedos.