Un baile erótico en mi habitación.

La habitación es el templo sagrado de muchos, detrás de esas 4 paredes podemos hacer lo que nos plazca.

Mi habitación es espaciosa, a un lado está mi cama y tengo un escritorio con una silla espaciosa, la pared junto a mi cama está llena de fotos, fotos de personas que me inspiran deseos: amistad, amor, sexo.

Puse música en mi computador apague la luz y abrí las cortinas de mi ventana para que entrara la luz de la luna y me comencé a bailar, danza contemporánea que llaman algunos. Inicie, tenía puesto un vestido justo al cuerpo y de falda corta, era negro y sin mangas, tenía tacones negros con taches dorados; lo primero que hice fue quitar mis tacones, se me hacía más cómodo bailar descalza.

Di inicio a mi baile moviendo de forma lenta mi cadera, mientras despeinaba mi cabello y cerraba mis ojos, baje mis manos por mi cuello y me abrace. Toque mis senos y rasguñe mi abdomen, acaricie mi cola y por ultimo mis piernas, daba vueltas en mi habitación y me encontré con una pared. Me recosté a la pared y empecé a mover mi cola y cadera junto a ella, alce mis brazos y comencé a bajar, mordía mis labios y tocaba delicada mente mis senos. Con los ojos cerrados, todo se me hacía muy sexy, empecé a imaginar que bailaba para alguien más, así que intente bailar un poco más sexy.

Con mis piernas estiradas tocaba el suelo con mis manos, y en medio de mis piernas coloque mis manos, levantando mi torso, hasta acariciar mi entre pierna; tome el vestidos desde la punta de su falda y en el juego con él lo subía y lo bajaba, dejando a la vista una pequeña parte de mi cola. Mi cola es hermosa, redonda y grande. Mis piernas son grandes y fuertes. Así que en la continuidad del juego con mi vestido, llegue a levantar por completo su falda y volví a recostarme en aquella pared.

Junto a la pared abrí mis piernas, y delicadamente empecé a bajar, sin olvidar el movimiento lento y sexy que mantenía en mi cadera. Una vez abajo, me dedique a acariciar nuevamente mi entrepierna y mi vagina por encima de mi ropa interior, la que ya estaba mojada. Me recosté en el piso y moviendo mis piernas intercalada mente de arriba a abajo, sujete el vestido que ya iba sobre mi cintura y lo subí todo. No me gusta usar sostén, pero llevaba uno puesto, pues quería que mis senos tomaran una forma armoniosa en mi vestido.

Deje el vestido en el suelo, y mientras miraba al techo, con una de mis manos acariciaba mis senos y con la otra mi vagina. Me puse boca abajo y levanté mis brazos, quedando en cuatro, saque mi cola y mis pechos; me veía en el espejo, era una pose muy sexy. Mi ropa interior la conformaba un cachetero negro en transparencias de velo con encajes en sus puntas y un sostén negro con copas suaves.

Me puse de pie y daba vueltas lentas y delicadas con mis manos dentro de mi cachetero, acariciaba mis nalgas, empujando el cachetero hacia abajo y dejando mi cola al descubierto. Quise bajaron todo, lo deje caer al suelo y me recosté en mi cama, observando las fotos de mi otra pared. En dichas fotos estaba Leo, David, Tatan, Sergio y Andrés, hombres que han logrado mantenerme en el éxtasis del sexo por algunos segundos. Toque mi vagina ya mojada e introduje mi dedo índice y corazón haciendo maravillas adentro, empecé a recordaron, a fantasear, sudaba y gemía; gritaba y me movía por toda mi cama, mis piernas se retorcían y yo estimulaba más mi clítoris con mi dedo pulgar, mis brazos estaban tensionados y yo no podía moverme más, mis manos se llenaron de un líquido transparente y sentía por dentro de mi vagina contracciones delicadas y deliciosas.