Parece ser que a las chicas les gusta que les endulcen la vida, mientras que a los hombres les va la carnaza. Lo afirma Jordan LeBel, profesor de la Cornell University (EE UU), en un estudio que destaca la carne como el bocado masculino predilecto y el chocolate como el femenino.
También cuenta LeBel que ellas tienden a comer sus alimentos favoritos cuando están tristes y que ellos, por el contrario, se lanzan sobre el filete cuando se encuentran especialmente felices. Si la preferencia de alimentos y la predisposición ante la comida son tan distintos, las emociones tras la ingesta del condumio también varía en función del sexo.
Para LeBel, la mayoría de las féminas disfruta con los primeros platos, pero le invade la culpabilidad y el arrepentimiento al acabar el hipercalórico postre. Sin embargo, ellos se sienten felices durante todo el banquete, aunque al final les apriete el cinturón.